Una chica se me acercó y me preguntó si me acordaba de ella y mientras conversaba conmigo, iva aumentando su edad y se volvía más vieja. Claro, después siguió conversando con mi madre.
Cuando desperté, no estaba en mi casa; era una enorme habitación en un segundo piso. Me levanté de aquella cama y vi desde la ventana unos niños jugando y luego desperté y estaba en el primer piso de una litera y en cuya habitación habían nubes a su alrededor y me dije que no estaba aun en mi alcoba. Desperté otra vez y esas nubes habían desaparecido y finalmente desperté de verdad y estaba en mi pieza.